Soñemos en grande y pidamos a Dios su bendición para poder hacerlo.
No hay mayor satisfacción que recibir aquello que esperamos por pura FE.
Depende de nosotros esforzarnos por conseguirlo y claro que este de acuerdo con la perfecta, buena y agradable voluntad de Dios para nuestras vidas.
Saludos,
Rita Maria
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