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sábado, 13 de abril de 2013

No hay mal que dure mil años

El Señor es mi escudo, mi roca fuerte, mi Dios , mi libertador......


Los desiertos personales  forman nuestro carácter, nos enseñan a conocer quien es Dios? y la comunión intima con EL.

En esos oscuros momentos donde ni el sol nos calienta, parecería  que lo hemos perdido todo y que  nos hemos quedado sin opciones o caminos, las circunstancias son tan extremas y negativas que lo que menos queremos es que alguien nos hable de FE.
Sin embargo  mis queridos lectores, tengo que insistir en contarles, que no hay nada mas beneficioso sobre las pruebas como aprender a  vivirlas  y tener que vencerlas,  para entonces poder comprobar la poderosa mano de nuestro Dios. 
Amigos queridos , si de algo yo puedo hablarles con autoridad absoluta es de  diferenciar entre DIOS y la religión.
Aferrarme a EL, me salvo la vida, me enseño el camino para vencer la tormenta y me impulso hacia la victoria completa.
Las  pruebas son bendiciones, cambiaran nuestras vidas de tal manera que nunca mas volveremos a ser iguales ,dejaremos nuestro pasado atrás.
Mi vida es producto viviente de ello, he conocido a Dios, su poder, misericordia y gloria , he podido comprobar que el Señor es tan ingenioso como poderoso, nos sorprenderá al hacer que nos destaquemos en áreas que jamas hubiéramos imaginado.
Puedo testificar con firmeza que cuando termina este proceso de su perfeccionamiento en nosotros, Dios nos ayuda y sana milagrosamente, terminaremos no solo con una vida mejorada, positivamente creo que nos devolverá todo lo que dimos por perdido.
El cumplirá fielmente su palabra en nosotros y todo el mundo sabrá que no se trata de ninguno de nosotros, se trata de EL, , habrá valido la pena pasar por ese desierto.
Todos dirán asombrados ...HAY DIOS SOBRE  ELLOS!!!

Recuerden amigos, los desiertos y las pruebas no son para todo el mundo, sintámonos especiales, privilegiados de haber sido los escogidos para vivirlas y salir victoriosos de cada una de ellas, dice su palabra: como oro refinado.

Abrazos,

Rita maria

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